Ubicado en los prístinos Alpes japoneses de la prefectura de Nagano se encuentra Hakuba, un destino extraordinario donde la tradición se funde con la sostenibilidad. Su historia se remonta al nacimiento de la cultura «minshuku», una tradición en la que los residentes locales, a menudo guías de montaña y agricultores, acogían calurosamente en sus casas a montañeros y esquiadores. Allí, los viajeros no sólo encontraban cobijo, sino que también disfrutaban de la cocina local, elaborada con arroz y verduras cultivadas en esas mismas granjas. Esta hospitalidad genuina sentó las bases de un espíritu de ingenio y comunidad que sigue prosperando en Hakuba, transformándolo en un centro turístico de renombre mundial, célebre por su autenticidad y calidez.
En 2019, el pueblo tenía una población estimada de 9 007 habitantes que residían en 4 267 hogares, con una densidad de población de 48 personas por kilómetro cuadrado. El pueblo está situado en las estribaciones orientales de las montañas de Hida, en la parte septentrional de los Alpes japoneses.
Aunque Hakuba es famoso como destino turístico de esquí, también sirve de puerta de entrada para emprender excursiones al monte Shirouma y al monte Goryu, dos picos prominentes entre las Cien Montañas de Japón.
Rodeada de pintorescos valles que registran una nevada anual superior a los 11 metros, Hakuba se ha convertido en el epicentro de diez estaciones de esquí que ofrecen más de 200 pistas. En 1998, obtuvo reconocimiento mundial como sede principal de los Juegos Olímpicos de Invierno, albergando emocionantes competiciones de esquí alpino, saltos de esquí y esquí de fondo.
PUNTOS FUERTES
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Destino de esquí de clase mundial
El pueblo se ha convertido en un destino de esquí de primer nivel, lo que es testimonio de su resiliencia y adaptabilidad. El espíritu pionero de la juventud local en el desarrollo de lecciones de esquí a mediados del siglo XX le valió el prestigioso papel de anfitrión de los Juegos Olímpicos de Nagano de 1998, consolidando su estatus como uno de los centros turísticos de esquí más grandes de Asia. Este espíritu indomable alimenta el compromiso de Hakuba con la producción local, la preservación del medio ambiente y la conservación del patrimonio cultural.
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Diseño universal para el turismo inclusivo
En la región de Aoni, cobran vida escenas pintorescas que recuerdan a finales del siglo XIX, con casas tradicionales con techo de paja y terrazas de arroz con paredes de piedra. Los aldeanos se han unido para preservar este encantador paisaje rural produciendo delicias de arroz y restaurando meticulosamente edificios históricos.
La educación es también la piedra angular de la innovación en Hakuba. El pueblo se enorgullece de apoyar el curso de turismo internacional en una escuela secundaria local, que atrae a estudiantes de todo Japón. Además, la Asociación de Guías de Montaña de Hakuba, con más de un siglo de historia, vela por la seguridad de los montañeros y transmite la cultura y la historia del montañismo.
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Gestión turística sostenible
La aldea de Hakuba demuestra una gestión turística sostenible con una perspectiva de futuro. El pueblo se considera una estación de montaña abierta durante todo el año, capaz de albergar un flujo constante de turistas durante todo el año sin dañar el medio ambiente ni la comunidad local. Esta visión se traduce en acciones concretas, como la preservación y explotación de los recursos locales, el desarrollo de talentos locales y la promoción del crecimiento económico a través de iniciativas agrícolas.
Lo que distingue a Hakuba es su audaz compromiso de lograr el 100% de autosuficiencia energética a través de fuentes renovables como la energía hidroeléctrica. Esta dedicación se extiende más allá de la gestión ambiental; Su objetivo es crear un entorno local sostenible que beneficie tanto a los visitantes como a los residentes. El enfoque de Hakuba proporciona un modelo ejemplar para las comunidades que buscan conciliar el turismo y el bienestar ecológico y social a largo plazo.
