El pueblo de la Carolina es una larga callecita rústica empedrada, rodeada de casas de piedra que conservan el estilo colonial y la nostalgia de haber sido cuna de los míticos buscadores de oro, fiebre que sólo dejó bocaminas, excavaciones y viejas historias de mineros.
La Carolina está ubicada a 86 km de la ciudad de San Luis a unos 1.600 metros sobre el nivel del mar. El pueblo, nacido gracias al afán de explotar recursos mineros, fue llamado “La Carolina” en honor a Carlos III de España.
La Carolina, es un testimonio viviente del esplendor de la minería de oro. Debido a sus características únicas en la provincia de San Luis y en Argentina, La Carolina fue nombrada como uno de los “pueblos auténticos” del país, un reconocimiento reservado a lugares que cuentan con patrimonio histórico bien conservado y manejado.
Hoy, convertido en uno de los principales destinos turísticos de la Provincia, atrae visitantes que realizan expediciones al interior de las minas, visitas a la Iglesia de Piedra, cabalgatas, subida al Tomolasta y la visita al Museo de la Poesía Manuscrita, la Casa de Juan Crisóstomo Lafinur.
Uno de los principales atractivos naturales y culturales es la gruta “Inti Huasi” o “Casa del Sol” donde se han encontrado registros de culturas aborígenes de hace 9.000 años. Esta gruta es considerada como uno de los yacimientos arqueológicos prehistóricos más importantes de América y es visitado por miles de personas cada año.
PUNTOS FUERTES
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Regulaciones de uso del suelo para la conservación del patrimonio
A través de ordenanzas municipales, La Carolina proporciona las normas legales que rigen el uso, la subdivisión y la ocupación de las tierras comunales de los pueblos. Esta regulación clara permite promover iniciativas destinadas a conservar y promover sus recursos culturales, permitiendo al mismo tiempo el desarrollo del pueblo.
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Museo Juan Crisóstomo Lafinur
Museo dedicado a la poesía, ubicado en la antigua residencia del célebre escritor puntano Juan C. Lafinur. El museo integra elementos digitales y audiovisuales. Alberga y exhibe más de 1.700 manuscritos de académicos locales de habla hispana y de todo el mundo. También permite a los visitantes dejar sus propios poemas, que serán expuestos según la evolución temática de las exposiciones del museo.
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De los recursos mineros a las atracciones turísticas
A partir de 1997 la mina de oro fue transformada, implementando todas las medidas de seguridad necesarias para convertirla en un atractivo turístico. Durante las visitas guiadas al sitio, los visitantes pueden aventurarse dentro del túnel minero que se extiende por aproximadamente 300 metros. En el pueblo, también puedes probar suerte con el lavado de oro en el río Amarillo. Utilizando una mezcla de agua insípida y arena de río, se utiliza una pala giratoria para permitir que el oro precipite hasta el fondo del plato cónico, comúnmente conocido como «sombrero chino» o fuente minera.